¿Qué pueden tener en común, a primera vista, el pintor Edgar Degas, el político Francesc Cambó, el banquero J. P. Morgan --quien da nombre a la conocida Morgan Library de Nueva York--, la escritora norteamericana de principios del siglo XX Gertrude Stein y el barón Hans-Heinrich Thyssen Bornemisza? Tal como se refleja en el libro Buscadores de belleza (Ariel), todos ellos --junto con unos cuantos más--, y cada uno a su manera, fueron grandes coleccionistas de arte durante los dos últimos siglos.
"Su personalidad se refleja perfectamente en las colecciones que han llegado hasta nuestros días", explica María Dolores Jiménez-Blanco, coautora de la obra junto con Cindy Mack. Según comentan, su interés radica en que se trataba de personajes "muy literarios, poco corrientes" que, pese a que pueda parecer contradictorio, no siempre disponían de una gran fortuna.[+]
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