contactosubscribirse
Mostrando entradas con la etiqueta galerias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta galerias. Mostrar todas las entradas

MARTINEZ GLERA:"LA SITUACION DE LAS GALERIAS ES CRITICA"

03 abril 2011

Rioja2 mantiene una extensa conversación con el galerista Enrique Martínez Glera, de sus palabras se desprende poco optimismo respecto a la vida de las galerías, la crisis moral, económica y el poco apoyo de las instituciones están minando el futuro de sus salas.

“Dada la situación económica, la infraestructura del arte y las galerías, de aquí a dos años veremos los galeristas que quedamos aquí...”. Este es el negro escenario que pinta Enrique Martinez Glera, un apasionado del arte que comparte su afición con aquel que quiera acercarse, y sumergirse en la galería que lleva su nombre (http://www.galeriamartinezglera.com/ ) y que un día abrió sus puertas hace ya diez años. A pesar de contar con una de las galerías con más solera de Logroño, de amplias salas repletas de sucesivas exposiciones “originales y distintas, una alternativa a lo que estamos acostumbrado a ver en las exposiciones institucionales”, cada día tiene que comprobar que falta lo más importante para subsistir, el público y las ventas.

La crisis económica parece ser la principal causante de abandono del arte por los mortales y dirigentes, y sólo en contadas ocasiones parecen ver la luz, pero ésta es muy tenue como para que la esperanza vuelva a brillar en sus mentes, “desde hace 3 o 4 años atrás ves que va disminuyendo todo, no es tanto un problema de ventas como que la gente no viene a las exposiciones, hay desinterés general, la gente no entra, no está motivada... a veces no veo el sentido de seguir, no tenemos ayudas de sector público ni local, ni regional ni estatal, ayuda oficial, las instituciones tendrían que ayudar más”, insiste Enrique(...)


“UNA EMPRESA PRIVADA DE USO PÚBLICO”


Como a cualquier comercios, las galerías y el arte en general, son uno de los sectores que más se han tambaleado en este terremoto mundial, muchos han caído sin poder apuntalar las grietas y otros se esfuerzan a diario por no derrumbarse del todo y buscan ese apoyo privado y público “somos una empresa normal, nos definen como empresas de titularidad privada pero de uso público”, explica el galerista, como empresa particular “sufrimos sus desventajas” poca gente conoce que soportamos
muchos gastos, de primeras “los fijos como la luz” y luego acarreamos con lo demás “transporte de las piezas, montaje, seguros, publicidad...etc”, explica, para que los visitantes disfruten del mejor arte “hacemos una función pública y fomentamos una cultura pública, en las exposiciones te juegas tu dinero y traes lo original, lo diferente, la calidad, adaptándonos al arte actual”, pero como negocio que cumple o cubre esa función pública “se nos exige por ello unas horas y que las instalaciones cumplan unas normas”, motivo suficiente para que se sientan abandonados en su camino “no queremos ayudas económicas en sí, sino que las autoridades nos apoyen con su presencia en las salas y que inviertan más en la proyección, no ya de nosotros, sino de los propios artistas que hay en esta comunidad”(...)


CRISIS DE VALORES


Pero parece que el valor intangible del arte, el de despertar pasiones, está adormecido o hay miedo, “aquí ahora si intentas propones nuevas idas te tratan de loco, la gente está reticente..y no es por falta de dinero, insisto, es por miedo, que se contagia, hay pérdida de confianza, no de dinero...antes y después de la recesión la gente con posibles lo sigue siendo, pero no está comprando... o compran y regatean o te dan largas, e incluso ahora parece que está mal visto gastar”.

La especulación del arte sobre todo contemporáneo, con obras que se venden por precios desorbitados en las subastas también está haciendo daño y está sobrevalorado “por qué un Banksy está más valorado que otros graffiteros igual de buenos pero desconocidos, los valores están alterados, nadie sabe ya lo que es nada, pero eso es un problema cultural”, una apreciación que asimila el imaginario colectivo como “que el arte es caro y no es así, tenemos piezas de todos los precios, vendemos arte de artistas de todo tipo, y estamos para asesorar en la compra, informar sobre los artistas, explicar las obras..es un trato personalizado, no para pasear y llevarse el catálogo”, afirma el galerista riojano.

A pesar de la aparente "vulnerabilidad" del arte, invertir en ello sigue siendo hacerlo en un bien seguro, frente a otros sectores como el inmobiliario, que anda más parado, sin duda, la mejor forma de preservar el valor económico es coleccionar, eso sí, “ con un buen asesor”, “aconsejo que la gente compre lo que les guste, y si nos vamos a valores más seguros, aunque opino que la decisión debe de ir por el sentimiento, aconsejaría la escultura, más segura que la pintura, por el sólo valor material de la pieza, por lo que cuesta fundir en bronce”.


Las tendencias de compra cambian por la situación y la “moda” ahora es que “se está volviendo a comprar más realismo, y arte conceptual, la gente duda de todo y no se cree tanto lo abstracto lo figurativo, buscan lo que entienden, quizás porque les da más seguridad...”
[Leer más]

Origen:Rioja2

COMO SER ADICTO AL ARTE

13 febrero 2011


El crecimiento del coleccionismo de arte es un fenómeno en los últimos años. Una nueva afición entre los ricos y no exclusiva de ellos. La feria madrileña ha invitado a 150 coleccionistas. Pero ¿cómo se empieza?

Entrevista a Marcos Martín Blanco y Elena Rueda (coleccionistas)
por Fietta Jarque
Cuanto más te gusta el arte, más arte te gusta. Así que me resulta fácil comprar mucho arte. Ver el arte como inversión le quitaría toda la diversión". Es una cita del libro de preguntas y respuestas confesionales titulado Me llamo Charles Saatchi y soy un artehólico (Phaidon). Vale, es Saatchi. Un multimillonario excéntrico que desde que decidió hacerse coleccionista se convirtió también en árbitro del gusto y dictador (el que dicta) del arte británico en las últimas dos décadas. Aunque no lo haga como inversión, lo que él compra sube automáticamente su cotización. También vende esas obras revalorizadas para comprar otras. Pero ¿hasta qué punto arte y mercado van de la mano?

I. CÓMO SE EMPIEZA


Marcos y Elena construyeron una casa en Segovia en 1979 y le pidieron al primo de ella, el artista Gerardo Rueda, que los ayudara a decorarla. "Nos trajo cuadros y obras del grupo El Paso (al que él pertenecía). Compramos algunas y rechazamos otras instintivamente", recuerda Elena. "Al principio no nos gustaban. Nos preguntábamos, ¿si este señor sabe pintar, por qué hace estas cosas tan desagradables? Aprender a apreciar el arte contemporáneo es un proceso largo", prosigue. Tenían una buena situación económica, pero no han sido nunca muy dados a los lujos. "Ni siquiera hemos tenido un buen coche", dice ella, sin darle importancia.

De manera que -y es lo que marca la diferencia con los que se quedan en esa fase- decidieron ir un día a la semana a ver exposiciones y galerías. "Estuvimos a punto de abandonar, pero un día de 1982 las obras que veíamos empezaron a tener sentido", continúa Marcos. "Conseguimos educar la mirada, empezamos a VER. El día en que te empieza a gustar el arte es como si se encendiera una fogata en ti. Y es que a la pintura se puede llegar a través de los cinco sentidos, y ese interés es el que te lleva a leer libros, averiguar lo que puedas sobre los artistas y las obras". Marcos Martín Blanco y Elena Rueda poseen hoy cerca de 850 obras de arte contemporáneo.

II. EL ESCAPARATE

Todo entra por los ojos y, en especial, el arte. Por eso las ferias internacionales, esos grandes almacenes efímeros, son frecuentados por los coleccionistas y también por los que simplemente alimentan esa mirada ávida aunque no se lleven nada a casa. La feria Arco abre sus puertas la próxima semana con la voluntad de recuperar su lugar en el panorama internacional. Reinventarse, ser un escaparate atractivo. Por eso invita a 150 coleccionistas privados recomendados por las propias galerías, a los que se suman representantes de diversas instituciones. "Hemos insistido en invitar especialmente a coleccionistas procedentes de Latinoamérica y Rusia, aunque también hay muchos de Londres, Alemania y Austria", explica Carlos Urroz, nuevo director de Arco. "Este programa se verá completado con la presencia de museos e instituciones internacionales como Maison Rouge, de París; Tate, de Londres, o la Asociación de Coleccionistas de Portugal, entre otros".

"El coleccionista tiene un papel fundamental en el sistema del arte, sobre todo cuando compra discriminadamente, es decir, cuando elige las obras con criterio y con conciencia del significado que tienen en su época", afirma Rosa Martínez, comisaria de exposiciones internacionales y exdirectora de la Bienal de Venecia. Ella dirige en Arco un programa de foros y debates en torno al coleccionismo que contará con relevantes figuras de esta práctica como Patrizia Sandretto Re Rebaudengo, Francesca Thyssen-Bornemisza, Jochen Voz y directores de diversas colecciones. "Desarrollar una colección es desarrollar el patrimonio individual y colectivo, pues el coleccionista además de contribuir a dar forma a su gusto personal también colabora en la consolidación de la trayectoria de los artistas en tanto en cuanto su apoyo económico les permite seguir produciendo. Y contribuye cuando hace públicas sus colecciones, más allá de la voluntad exclusivista, a la producción de sentido del momento histórico en el que viven".

III. ARTE Y PARTE

Helga de Alvear lleva muchos años acudiendo con su galería a las más importantes ferias internacionales. Es además una importante coleccionista de arte que ha abierto hace unos meses en Cáceres una fundación y centro de artes visuales donde exhibe las principales piezas de su vasta colección, que tiene alrededor de 2.500 piezas de los más relevantes artistas contemporáneos. "Arco no es solo un espectáculo. Como todas las ferias es un lugar para aprender. Yo he aprendido mucho de arte en las ferias", afirma. Pero no deja de ser dura cuando hay que serlo y la "refundación" de Arco frente a otras ferias internacionales le merece juicios y actitudes firmes. "Las mejores galerías extranjeras dejan de venir a Madrid porque no venden. No lloremos porque los buenos coleccionistas van a Estados Unidos o a otros sitios a comprar. Hay que elevar el nivel de la feria para que se sientan atraídos", sentencia. Tiene muy claro que los coleccionistas importantes buscan obra importante y es contundente en su consejo a los galeristas que participen en Arco. "Definitivamente NO hay que llevar obra barata a las ferias", afirma.

Ante esa observación Carlos Urroz opina: "Lo importante es que haya una sintonía entre la oferta y la demanda. Al ser las propias galerías las que proponen a los coleccionistas internacionales invitados, son compradores acordes a las piezas que exponen este año. En cualquier caso, y creo gracias a la crisis, las galerías están haciendo un especial esfuerzo por traer piezas excepcionales con las que incitar a los coleccionistas".

IV. EL MERCADO

La crisis económica internacional tocó el mundo del arte en 2008-2009, pero el año pasado se vieron claros signos de recuperación. "El mercado del arte de hoy es más dinámico que nunca y está mostrando un grado de madurez poco común, que muchos mercados regulares envidiarían", dictamina el análisis anual de Artprice para 2010.

Según ellos, después de una contracción del 42,8% entre los años 2008-2009, el precio del mercado del arte contemporáneo internacional aumentó un 5,4% durante la primera mitad de 2010, aunque sin llegar a alcanzar los niveles del periodo 2005-2007. Hay sectores que van ligeramente a la baja, como el arte emergente (que a mediados de la década pasada estaba en alza) y las piezas valoradas en decenas de millones. Fuera de eso, tanto en las subastas internacionales -sobre todo en ellas, con ventas espectaculares en los últimos meses de 2010- como en las ferias de arte más importantes (Art Basel y Miami Art Basel, Frieze y la recuperada FIAC), la venta de arte contemporáneo no se ha detenido e incluso empieza a repuntar. En España, la venta en subastas (el llamado mercado secundario) no tiene relevancia en la economía del arte. De hecho, la multiplicación de ferias en el mundo (hay cerca de 250) es uno de los fenómenos de los últimos años. "Las obras ofrecidas en las principales ferias contemporáneas igualan en calidad y cantidad a las que ofrecen las casas de subastas durante toda una temporada de ventas", según el libro El tiburón de 12 millones de dólares, subtitulado 'La curiosa economía del arte contemporáneo y las casas de subastas' (Ariel), de Don Thompson.

Y, aunque siga habiendo gente que clama alegremente que el arte contemporáneo es un timo, lo cierto es que cada vez hay mayor afluencia a los museos y exposiciones. Lo que no quita que quizá haya demasiados. "Los últimos 25 años han sido testigos de la aparición de un centenar de nuevos museos en todo el mundo, cada uno de los cuales ha intentado adquirir por término medio unas 2.000 obras de arte", señala el citado libro, y añade: "El segundo factor es la expansión paralela de las colecciones privadas. Durante los últimos quince años el número de coleccionistas adinerados se ha multiplicado por veinte, y muchas de esas colecciones terminarán en museos en vez de ir a la reventa".

V. PRIMEROS AUXILIOS

Elisa Hernando, directora de Arte Global, tiene a su cargo el programa First Collector, contratado por Arco, que consiste en la asesoría gratuita a nuevos coleccionistas o gente que quiera iniciarse en esa actividad. "Algunos no entienden bien la figura del asesor, lo confunden con una galería de arte", explica. "Nosotros somos totalmente independientes, trabajamos para el cliente, no para determinadas galerías o artistas, aunque luego las ventas se concretan a través de la galería. No negociamos precios ni hacemos visitas guiadas, orientamos al coleccionista para que él visite la feria libremente. En el caso de este programa hemos recopilado toda la información de las obras y artistas que habrá en Arco para tener una base de datos. Podremos decir al interesado en qué galerías se encuentran obras de determinado artista o sugerirle otros, según lo que busque", dice Hernando.

Es una labor que requiere una relación de confianza mutua. "En arte es importante el contacto humano", continúa. "Yo no entiendo a los que piensan en el arte como inversión sin interesarse auténticamente por él. Esa gente no nos interesa. Lo que cuenta es que les guste una obra, que abran los ojos, fascinados. Al principio muchos creen que no saben bien lo que quieren comprar, pero en el momento decisivo sí que lo saben", insiste. "Se puede empezar una colección de arte sin ser millonarios. Tenemos un cliente canario que ahorra cada año entre 1.500 y 3.000 euros para comprar alguna obra, y lo disfruta tremendamente. Y tenemos otra clienta que sí es adinerada y no entiende eso de comprarse yates y joyas. Ella compra arte y va en un coche normal".

VI. ESPAÑA Y LA CRISIS


En la historia de Arco, buena parte de las compras han sido realizadas por instituciones (museos, colecciones empresariales). Según Elisa Hernando, "la recesión ha cortado los presupuestos de adquisiciones de las instituciones, algunos casi a la mitad. Pero los coleccionistas privados siguen comprando".

Helga de Alvear señala que "los museos españoles están empezando a despertar y a comprar bien. Algunos coleccionistas están depositando sus obras en museos. La gran colección de La Caixa, por ejemplo, ha ido al Macba y eso es fenomenal para las exposiciones".

Uno de los problemas para que España crezca en el mercado del arte es el de los impuestos para un bien que entra dentro de los objetos de lujo, con un IVA del 18%. "Estamos en pañales con respecto al mundo anglosajón, en ese sentido", comenta Hernando.

Alvear lo dice de otra manera: "El arte no es un lujo. No sirve para nada. No tendría que tener los mismos impuestos que un coche de carreras. Es mejor que nos comparen con los libros en el tratamiento fiscal. El arte es algo tan necesario para la vida como ellos".

VII. ARTE COMO INVERSIÓN

"No compramos por inversión ni lo hace ninguno de los coleccionistas que conocemos", señala Marcos. "Es más, lo peor que nos puede ocurrir es que uno de nuestros artistas preferidos tenga mucho éxito comercial, que triplique sus precios, porque entonces ya no podremos seguir comprando sus obras. Hoy no podríamos adquirir algunas de las piezas que compramos en los años noventa".

Ellos viajan con frecuencia a ferias internacionales, pero no todos los años. "En las ferias descubres artistas internacionales que aquí no llegan, sobre todo de Estados Unidos", dicen. Pese a los datos de los artistas más valorados, el gusto de los coleccionistas dista mucho de ser uniforme. "Es curioso pero cuando hablamos con otros coleccionistas rara vez coincidimos en los gustos. En general discrepamos bastante".

VIII. DESDE LA EXPERIENCIA

"Hemos comprado siempre con convicción, aun en la época en que no sabíamos mucho. Nos dejamos aconsejar, pero la última decisión es siempre nuestra", dicen Marcos y Elena. "No teníamos un plan de adquisiciones, pero a principios de los noventa nos dimos cuenta de que, con 200 obras, ya teníamos una colección y decidimos darle coherencia", relata Marcos. Decidieron coleccionar solo pintura y fotografías. "Al final, cuando miras nuestra colección lo que predomina son las obras que tienen que ver con los sentidos, con el cuerpo".

Después de su experiencia Marcos y Elena saben qué aconsejar a los nuevos coleccionistas. "Lo primero es ver, ver, ver", dice él. "Ver y hablar de arte con gente que sepa, escuchar, estudiar. Llegará el día en que empieces a decidirte. Y si descubres que, en realidad, no te gusta, no te metas. Lo importante es definir qué tipo de colección quieres. Y lo mejor no es comprar en ferias, es mucho más tranquilo hacerlo en galerías, sin precipitaciones". Entre su colección hay obras de Warhol, Sol Lewitt, Cindy Sherman, Thomas Ruff o Sugimoto, junto a muchos artistas españoles, desde Barceló y Juan Muñoz hasta Badiola o Valldosera. Ya no les caben en sus residencias de Madrid y Segovia, tienen una parte repartida en varios almacenes. Ellos y su hijo Rafael han formado una fundación con vistas a crear un museo en Segovia. "Produce dolor ver los cuadros acumulados y que no los vea nadie. Debería haber mejores cauces en los museos nacionales para que puedan acoger algunas colecciones".

Y concluyen: "Nos sentimos pagados con esta afición, con esta pasión. Tengo 81 años, mi mujer diez menos, pero creo que con esto tengo mucho más futuro que pasado".
Origen:El País.com / Babelia

¿CULTURA O LUJO?.EL IVA INFLA EL ARTE

01 julio 2010


por Peio H. Riaño (Público)
Las galerías de arte españolas no recordarán estos dos últimos años como los mejores para la salud de sus negocios. Primero, la crisis de Arco y el enfrentamiento con la cúpula de Ifema. Ahora, las consecuencias de la crisis económica en el sector. "Esto sí que es serio", apunta un galerista al compararlo con las aguas que se revolvieron tras la dimisión de la anterior directora de la feria de arte contemporáneo. Se refiere a una vieja reivindicación de los galeristas, que vuelve con cada aprieto económico: "Tenemos el IVA que tienen las pieles, no responde al patrimonio artístico y cultural que genera la actividad artística", según Norberto Doctor, director de Fúcares.

Los galeristas se quejan de estar fuera de los gravámenes propios de la industria cultural, porque a ojos de Hacienda el teatro, el cine, la música o los libros no son lo mismo que el arte. Esta actividad queda fijada en un IVA del 16%, mientras que el resto de las industrias culturales tienen que rendir un 7% (el libro, un 4%). Con la subida del próximo jueves del Impuesto sobre el Valor Añadido, quedarán ambas en un 18% y un 9%, respectivamente. Desde el Consorcio de Galerías Españolas piden al Ministerio Cultura que haga de mediadora ante el Ministerio de Hacienda para rectificar y que sean consideradas como parte de la industria cultural.

"Es un agravio comparativo con otras industrias culturales porque no nos podemos beneficiar del IVA cultural. Somos el país con el IVA más alto de Europa, lo que hace que estemos perdiendo clientes y competitividad porque los coleccionistas españoles prefieren comprar fuera y los extranjeros ni se lo plantean. La situación es indecente", cuenta José Martínez Calvo, de la galería Espacio Mínimo y presidente del Consorcio de Galerías Españolas. Desde la Ley de 1992 se les ha mantenido al margen de la reducción cultural y desde entonces pelean por la reducción.

Si no se les considera industria cultural amenazan con reinventarse el negocio. Alquilarán espacios más pequeños, suficientes para vender, pero acabarán con las exposiciones. "La situación económica es tan mala que lo más probable es que tengamos que cerrar nuestros espacios. No habrá acceso libre y nos dedicaremos nada más que a vender", cuenta apocalíptico Martínez Calvo. "Este aumento es una estocada de muerte para nosotros. Tenemos un IVA mucho mayor que Inglaterra, Francia y Alemania, nuestros principales competidores, esto es un cachondeo. A nuestros clientes les compensa irse fuera a comprar", cuenta Alberto de Juan, de Max Estrella.

Coleccionistas molestos

Emilio Pi es coleccionista junto con Helena Fernandino e invierten cerca de 100.000 euros anualmente en su colección. Con ese presupuesto tienen para unas siete piezas al año. En estos momentos, su colección especializada en vídeo, con unas 90 piezas, es una de las más importantes en España, con artistas como Marina Abramovic, Carlos Amorales, Vanessa Beecroft, Tracy Emin, Douglas Gordon, Fiona Tan, Toni Abad, Antoni Muntadas, Sergio Prego o Fernando Sánchez Castillo. La aplicación del IVA no cultural le indigna, porque "no tiene sentido aplicar un IVA al artista y otro a los galeristas y coleccionistas". Entre las situaciones más grotescas sucede que si el artista decide vender su obra por su cuenta declarará el 7%.

"No tiene sentido que no se considere a las artes plásticas una actividad cultural. Los coleccionistas nos planteamos ir a comprar al extranjero. Los artistas ahora se comparten y al que busco lo puedo encontrar aquí y en una galería de Londres, con un IVA mucho menor. Eso es un paso atrás como saltarnos a la galería y hablar con el artista para ahorrarnos el IVA no cultural. No se mueven cantidades tan altas como para desequilibrar las arcas del Estado", dice Pi.

Lo cierto es que a día de hoy el Ministerio de Cultura desconoce las cifras del volumen de negocio anual que mueve el sector de las galerías de arte. Nunca han facilitado cifras y se deconoce lo que aportan al PIB como industria, nadie sabe si es un sector importante o a la baja. Todavía arrastran las oscuridades de los años en los que se hacía la vista gorda con la factura, a pesar de que hoy nada se haga sin declarar a Hacienda, como ellos mismos dicen.

La postura del Ministerio de Cultura ante esta vieja reclamación, por primera vez en 18 años, ha cambiado. Ángeles Albert, directora general de Bellas Artes y Bienes Culturales, confirmaba ayer a este periódico que el martes próximo se sentará con el Consorcio de Galerías Españolas para transmitirles todo su apoyo y su compromiso para definir los impuestos de las galerías del arte como otro sector más de la industria cultural. De momento, estudian caso por caso el IVA que se aplica en Europa al arte para defender con un informe detallado la reducción que exigen las galerías frente a los responsables del Ministerio de Hacienda, que tienen la última palabra, más en estos días de crisis.

El eterno debate

Juan Bonet es otro coleccionista apasionado que cede sus obras a museos para exposiciones. Reconoce que la subida de dos puntos del IVA no significará nada, pero aclara que no es de justicia que al arte no se grave como al resto de industrias culturales. "En España el coleccionismo no se entiende como una pasión, como una enfermedad. Aquí se cree que esto es una inversión para especular. Si te planteas el coleccionismo no como un medio para ganar dinero, el IVA tampoco es algo esencial. El coleccionista tiene una necesidad: investigar, buscar y encontrar la pieza que encaje en su colección. Un inversor sólo buscará la pieza que duplique su valor en pocos años", reconoce este mallorquín que prefiere no calcular lo que gasta al año.

El debate que plantea Hacienda es considerar a la venta y compra de arte como un ejercicio suntuario. Especulación, lujo innecesario "Para nada. La vocación última de cualquier coleccionista es devolver el arte, tu colección, a la sociedad. Cedemos obras a museos constantemente para que se expongan en exposiciones. Nuestra intención es el disfrute colectivo", aclara Emilio Pi. Bonet señala que es una cuestión de prejuicios económicos: "No se puede negar que tener un Picasso en tu casa te da un plus social. Esta polémica demuestra que el IVA es una cuestión de educación, porque el arte no es considerado una práctica cultural popular".

"El arte no es un artículo de lujo, es como comprarte un libro, música o ir al cine", dice Norberto Doctor. Este galerista apunta otro dato clave: Arco. "La feria tendrá que bajar los precios. Se dará el caso que en un stand francés puede venderse un artista con el 5% y en otro stand el mismo artista, en uno español, con el 18%", dice. Carlos Urroz, director de Arco, prefirió no hacer declaraciones al respecto a este periódico.

Narcís Pujol también es coleccionista, él invierte entre 60.000 y 100.000 euros al año, acaba de llegar de Art Basel, en Basilea (Suiza), y se queja de la falta de profesionalidad de algunas galerías españolas. "Estoy en contacto con galerías en Chicago y no sólo tienen mejor precio, sino también están mejor gestionadas. El IVA afecta, pero no es el único motivo por el que vas a comprar una pieza. Los problemas graves de algunas galerías españolas son estructurales", sentencia duro Pujol.

Creadores de Patrimonio
El galerista Guillermo de Osma se pregunta por qué nadie les ha escuchado todavía: "Quizás todavía no se nos tenga en cuenta. A pesar de que tengamos espacios abiertos al público, cosa que no pasa en el teatro o en el cine, siguen sin considerarnos industria cultural. Es absolutamente injusto". De Osma aclara que los galeristas crean patrimonio cultural, porque acogen a los artistas cuando son jóvenes y todavía no tienen las ayudas institucionales ni el reconocimiento. "A las galerías también les tenía que tocar la crisis, pero esto no es la manera de ser más competitivos. Sólo pedimos el 7%", explica.

No es el mejor año, ni el mejor momento. La mítica Tomás March de Valencia cierra, en Madrid la galería Salvador Díaz decide convertirse en fundación... "Hemos decidido dejar de luchar. Es una auténtica vergüenza que los galeristas seamos tratados de esta manera", asegura la directora Carolina Díaz. Explica que su público ha cambiado, que le cuesta menos llegar a la gente que como galería, y que las instituciones también les miran con otros ojos: "No creen que vayamos a venderles nada". La última palabra la tiene Hacienda, aunque a este periódico no haya podido aclarar la posición del gabinete.
Orige: Público